Beatriz Fajardo nació en Murcia en 1619. Con 20 años fue casada con su primo Rodrigo de Puigmarí Davalós, con la intención de que el matrimonio aglutinara bajo su poder once señoríos. De esta manera, los recién casados ascendieron rápidamente de condición social y se hicieron con un gran poder en la zona norte del Reino de Murcia y en la parte sur del Reino de Valencia.
Ante la muerte de uno de sus hermanos, que no dejaba descendencia, Fajardo se convirtió en la heredera de los señoríos de Polop y Benidorm. A pesar de los obstáculos familiares – dos tías suyas reclamaban los señoríos – y legales – sólo podían heredar los hombres – que se encontró para hacerse con estos territorios, finalmente, Beatriz Fajardo pudo ejercer su total control sobre ellos. Esta aristócrata se encontró con dos lugares de contraste: mientras que Benidorm permanecía totalmente despoblada, Polop era el municipio de la zona con mayor número de habitantes, contando 91 personas en 1649.
La Carta Puebla de 1666
Este nuevo documento otorgado fue firmado ante notario el 8 de abril de 1666. Al igual que en la anterior de 1325, la carta puebla de Fajardo tenía la pretensión de repoblar la villa. Sin embargo, para evitar que este nuevo texto fracasara en el intento, como el otorgado por Bernat de Sarrià, la noble murciana se encargó de perfilar con mayor exactitud los derechos y las obligaciones de los pobladores, añadiendo una minuciosa organización económica, regulando el pago de impuestos y estableciendo el correcto uso del Reg Major – canal principal de riego de la zona -, unas determinadas condiciones de comercio y las características de los monopolios señoriales.
Sin embargo, Beatriz Fajardo no se limitó a establecer las condiciones de repoblación y las económicas. Las condiciones defensivas de Benidorm también quedaron claramente establecidas, con el objetivo de paliar la tremenda inseguridad que provocaban los ataques piratas en la costa del municipio. La distribución del término municipal ayudaba a combatir estas agresiones. Por un lado, la costa se podía controlar fácilmente desde Serra Gelada y desde la Isla. Además, la elevada posición de la punta del Canfali, donde se establecieron el castillo y las murallas, contribuiría a la vigilancia de las aguas. Fajardo estableció también la prohibición de residir fuera de las murallas, con el fin de evitar que la población volviese a ser diezmada.
El Nou Reg
Para remediar la escasa producción de agricultura de secano, Beatriz Fajardo impulsó la construcción de la denominada como Sèquia Mare, un sistema de riego que contaba con un canal principal de doce kilómetros de largo, que se iniciaba en Polop, con 150 metros de canales secundarios y otros 2’5 kilómetros de acequias menores. Huelga decir que este extenso y complejo sistema de riego revolucionó la situación económica de Benidorm, l’Alfàs del Pi, La Nucia y Polop.
La consecuencia más notable fue el incremento de la producción agrícola y la mejora de las cosechas. Junto a este importante beneficio, surgieron otros dos más. Por un lado, los señores feudales y los recaudadores eclesiásticos pudieron aprovechar el aumento de las ganancias logradas por los pobladores con la explotación de la tierra e incrementaron la cuantía de los tributos. Otra consecuencia que arrastró consigo la mejora de las técnicas de riego fue el aumento de la población en la zona. Desde que se aprobara la Carta Pobla, en apenas un siglo se pasaron de 200 habitantes a 1.200, en uno de los aumentos más importantes de la historia de Benidorm.
Con el paso del tiempo, el Reg Major fue cayendo en desuso. La elevada pérdida de caudal de agua a lo largo de su curso y la imposibilidad de una rehabilitación para mejorar este aspecto hizo que los agricultores de la zona apostasen por la construcción del Canal Baix Algar, un nuevo sistema de riego construido en los años 40 del siglo XX, que ayudó a que la agricultura benidormense abandonase el autoconsumo y comenzara a explotarse a nivel comercial. Por otro lado, la irrupción del turismo en la ciudad, codiciada por los visitantes extranjeros por su permanente buen tiempo y por la calidad de sus playas, provocó que gran parte de la población abandonase las tareas tradicionales de agricultura y pesca y se embarcase en las empresas turísticas fuera en hoteles o comercios relacionados – heladerías, tiendas, etc. -.
No hay comentarios:
Publicar un comentario